¡ZAPE!










Según el Diccionario de la Lengua Española (RAE, DLE), zape (con zeta) proviene de ṣabb, palabra no árabe, pero usada entre los árabes y empleada hoy en Marruecos. Es una interjección coloquial usada para ahuyentar @RAEinforma, en su cuenta de Twitter, indica que en Puerto Rico también se usa para espantar a un animal o persona. En sentido figurado, ¡zape! se usa cuando se quiere espantar o ahuyentar algo. Unida a otras expresiones, como ¡puaj! (se emplea para expresar asco o repugnancia ante alguna cosa) puede intensificar o agregar significado : ¡zape!, ¡puaj!; asimismo ¡fo! (interjección usada para expresar asco, reprobación o rechazo).
 

Las interjecciones son una clase de palabras invariables, cuyos elementos forman enunciados exclamativos, que manifiestan impresiones, verbalizan sentimientos o realizan actos de habla apelativos (RAE, DLE). Se distinguen aquellas que son propias (que no ejercen ningún otro papel gramatical y que presenta un cuerpo fonético habitualmente simple) de las impropias (se crean a partir de formas nominales, adjetivales, verbales o adverbiales ; por ejemplo, ¡fuera!) o pueden unirse  a un grupo de palabras para formar una locución interjectiva: ¡pa’fuera!, ¡pa’ la calle! Como todas las palabras, dichas expresiones se sitúan en un contexto; en tiempos de confinamiento y distanciamento social, podrían producirse de modo jocoso. Dichas de modo literal adquieren un significado negativo (carga semántica, Interjecciones a nivel semántico).

 Las interjecciones forman parte del acervo cultural y se recogen por medio las tradición oral : ¡fua!, ¡fuácata!, ¡wepa!

Yo tenía una luz
que a mí me alumbraba
y venía la brisa ¡fua!
y me la apagaba.


Otras palabras (unidades léxicas), vinculadas a las interjecciones son las onomatopeyas que se forman por imitación del sonido de aquello que designan. Mientras que las interjecciones se adaptan a al lugar en donde se producen, las onomatopeyas tienden a ser más generalizadas. El Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico recoge una voz onomatopéyica propia de Puerto Rico, coquí.: «pequeño batracio que grita coquí, coquí, con un sonido agudo que da su nombre». 

Las onomatopeyas se recogen ampliamente en los cómics (Mil maneras de exclamar : Diccionario de onomatopeyas del cómic), en la publicidad y en las redes sociales (Onomatopeyas e interjecciones en la mensajería instantánea).




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