GÉNEROS Y MODOS DISCURSIVOS
De acuerdo con el Diccionario de términos clave de ELE, el término discurso designa
el uso de la lengua en las diversas actividades comunicativas. Constituye el
objeto de estudio de la
disciplina análisis del discurso que se efectúa en diversos niveles, desde el de los
múltiples eventos
comunicativos que se dan en
distintos ámbitos sociales, hasta el de los sucesivos enunciados que se
producen en el desarrollo de tales eventos. El término y la disciplina nacen asociados al estudio de la lengua
y posteriormente a la linguistica
del texto. Se le llama género discursivo a las formas de discurso que se han fijado por
el uso y se repiten con relativa estabilidad en las mismas circustancias comunicativas. Por ello, son formas reconocibles y compartidas por los hablantes,
quienes identifican los géneros sobre todo por su formato externo y por
el contexto en que se producen. A diferencia de los tipos de textos, los
géneros no constituyen un repertorio cerrado de formas, sino que los
géneros están abiertos a los cambios
sociales y culturales (IELJ, Texto e intertexto). Se denominan modos
discursivos a todas
aquellas modalidades textuales o
discursivas que elige el escritor para organizar los elementos dentro de un
texto y transmitir un mensaje de modo más efectivo.
Como parte de los discursos que se insertan en el contexto de una comunidad discursiva figura el llamado discurso de odio (hate speech, en inglés). Aunque no existe una definición legal universalmente acordada en torno al discurso del odio, la ONU lo define como cualquier tipo de comunicación, ya sea oral, escrita o de comportamiento, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o un grupo en función de lo que son, basándose en su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad. Dicho discurso se da referido a la acción comunicativa que tiene como objetivo promover y alimentar una opinión dogmática y destructiva hacia un grupo de personas históricamente discriminadas, señaladas o perseguidas por motivos raciales, étnicos, religiosos, de origen nacional, de orientación o identidad sexual, de discapacidad, etc. El discurso de odio incluye “todas las formas de expresión que propaguen, inciten, promuevan o justifiquen el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo, la islamofobia u otras formas de odio basados en la intolerancia, incluyendo: intolerancia expresada por un nacionalismo agresivo y etnocentrismo, discriminación y hostilidad contra las minorías, los inmigrantes y personas de origen inmigrante.” Desde dicho punto de vista, este tipo de discurso utiliza formas de expresión que se ubican en el contexto de la denominada cortesía negativa.
Es un discurso constitudo mediante expresiones que son «frases, dichos o usos del
lenguaje que tienen
cargas peyorativas, agresivas o excluyentes; no obstante, son
aisladas, no sistemáticas y a menudo son respuestas ante alguna situación de
conflicto que no es transformada a tiempo». Las
expresiones pueden ser aisladas o formar parte de las denominadas narrativas de odio
definidas
como “un relato
con una lógica y coherencia interna que interpreta la conexión de eventos y
personajes. El relato y la interpretación le dan un sentido a la historia,
conectando los sucesos singulares con lo más general, hasta construir una narrativa colectiva”.
Estas narrativas pueden insertarse en distintos contextos que forman
parte del ámbito social.
De
acuerdo con la Universidad Miguel Hernández, España, el
discurso de odio o hate
speech, basado en la intolerancia y la discriminación, se presenta como una modalidad (modo
discursivo) caracterizada mediante la presencia de los siguientes
tres elementos:
- se dirige contra un determinado grupo de personas y no contra la sociedad en general
- se
estigmatiza a ese grupo o colectivo mediante
la acción de estereotipar las diferencias que lo caracterizan
- se
muestra hostilidad hacia el colectivo o grupo,
dificultando su integración en la sociedad
Asimismo la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
ha diseñado una estrategia y plan de acción en contra del discurso de odio. La estrategia y su aplicación
estarán en consonancia con el derecho a la libertad de opinión y de expresión.
La ONU
apoya que
haya más discurso [cortesía verbal], no menos, como la manera principal de
hacer frente al discurso de odio.
Para
reducir la incidencia de intolerancia y de discrimen en la
sociedad, es preciso un esfuerzo conjunto por parte de actores sociales
específicos –como la administración pública, los medios de comunicación, la
academia, las empresas, las entidades– así como de la ciudadanía en general. Dentro de la comunicación
interpersonal, cobra importancia señalar los estereotipos y los prejuicios
que forman parte de esta modalidad de discurso vinculada a las situaciones sociales en que se producen los actos
comunicativos.
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