VE DE VACA


 

¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que nuestros abuelos nos dejaron como si fueran dos y siempre sobra una? Se pregunta Gabriel García Márquez en el discurso Botella al mar para el Dios de las palabras, pronunciado en el Primer Congreso Internacional de Lengua Española, el 7 de abril de 1977, en Zacatecas, Mexico.

Esa pregunta formulada o ese asunto “trae cola”, como dice el refrán. remite a percepciones letradas y a un trasunto de conservadurismo ortográfico. Resulta interesante indagar sobre esa pregunta retórica formulada por el escritor Gabriel García Márquez. Cabe preguntarse si realmente son dos o si sobra alguna letra.

En primer lugar, durante casi tres siglos (XVIII, XIX y principios del XX) varias ediciones de la Ortografía y de la Gramática académicas distinguieron e incluso recomendaron la pronunciación de la v como labiodental, como ocurre en otras lenguas europeas; según se documenta en la Ortografía de la lengua española, RAE.

En segundo lugar, la diferencia en la pronunciación de las letras b y v se da en el español peninsular «de forma espontánea en hablantes valencianos o mallorquines y en los de algunas zonas del sur de Cataluña, cuando hablan castellano, por influencia de su lengua regional», RAE, OLE. También se da en algunos puntos de América por influencia de las lenguas amerindias que se destacan en algunas variedades del español americano. Dicha influencia se podría percibir, además, en las zonas de contacto con Brasil, por influencia del portugués: “en algunas zonas de Latinoamérica se pronuncia con la diferencia que se hace de la /v/ y la /b/ que se hace al pronunciarlas portugués”. Esta distinción ilustra la variación dialectal en el mundo hispanohablante.

En tercer lugar, el nombre ve para la letra v existía desde 1869, siguiendo la pauta característica de los nombres de la mayoría de las consonantes (RAE, OLE). Durante mucho tiempo esta fue la única denominación conocida para dicha letra, lo que explica su arraigo en el español de América [con marcas lexicográficas en Cuba, Ecuador, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay]. El nombre uve para la v es relativamente reciente y no se incorpora al diccionario académico hasta la edición de 1947. Según la RAE, el nombre de uve “nace de la necesidad de distinguir oralmente los nombres de las letras b y v, ya que las palabras be y ve se pronuncian del mismo modo en español”. Aunque existen las variaciones dialectales (diatópicas) en el uso de la lengua.

Finalmente, la RAE en su publicación Español al día, Un solo nombre para cada letra indica que la recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con vigencia en el uso que presentan algunas de ellas. Desde ese punto de vista la letra v cuenta con dos nombres: ve, el más extendido en el español de América, acompañarlo en la lengua oral de los adjetivos corta, chica, chiquita, pequeña o baja; y uve. nombre empleado en España. En cambio las denominaciones las denominaciones complejas be larga, be grande o be alta, se emplean añadiéndole a la be el adjetivo opuesto al que emplean para referirse a la v. Cabe destacar que el empleo de dichos adjetivos forma parte de la oralidad, del lenguaje popular. forman parte de la comunicación cotidiana que le da vida a nuestra lengua.

La be de burro y la ve de vaca son denominaciones en el habla que son reflejo del uso de la lengua, muestra de la diversidad que nos une en el mundo hispanohablante.

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

DIVERSIDAD ÉTNICA

CARGA SEMÁNTICA

NIVELES DE EXPRESIÓN