CAMPO LÉXICO NAVIDEÑO

 

Diciembre y enero se caracterizan por ser emotivos; la alegría de las fiestas navideñas y la ilusión por el nuevo año que comienza se manifiesta en las tarjetas, los correos electrónicos, los mensajes de texto y demás formas de comunicación. Esta manifestación se refleja en el léxico, que según señala el diccionario académico (RAE, DLE), es el conjunto de las palabras de un idioma, o de las que pertenecen al uso de una región, a una actividad determinada, a un campo determinado, etc. El campo léxico está conformado por un grupo de palabras que mantienen una relación entre sí porque hacen referencia a un mismo tema, comparten un contexto relacionado. Estas palabras pueden pertenecer a diferentes categorías gramaticales (sustantivos, adjetivos, verbos). Las palabras de un campo léxico  están unidas por la semántica, es decir, por su significado. Dicha relación se revela en palabras que comparten una zona de significación en la que figuran la combinación, la fusión, el entrecruzamiento y la acción entre sí; como por ejemplo, el tiempo atmosférico (lluvioso, nublado, soleado) o el tiempo litúrgico (la Navidad, la Cuaresma, la Pascua).

En el contexto temático navideño se recoge la voz aguinaldo: Es un regalo (dádiva) que se da en Navidad o en Epifanía; en algunos lugares, una remuneración adicional que los trabajadores suelen cobrar a fin de año como parte del convenio laboral, cuyo origen se encuentra en los regalos que se intercambian desde muy antiguo en esa época, cuando se reafirman las amistades y se afianzan los lazos familiares (etimología de aguinaldo, DECEL). A pesar de que su uso como remuneración del trabajo es muy común en América, el Diccionario de la Real Academia (RAE, DLE) no registra esa acepción, pero sí se recoge en el Diccionario de Americanismos (DAMER, RAE, 2010). Otra forma de aguinaldo es la dádiva (cosa que se da gratuitamente), que es la practicada por todos aquellos que brindan servicios públicos en contacto con la gente: basureros, barrenderos y algunos más. Suelen ir por las casas repartiendo una felicitación en verso alusiva al servicio que brindan durante todo el año, en la Navidad, y solicitan una gratificación o dádiva para recibir un aguinaldo. Esta forma particular de petición, como parte del contexto comunicativo navideño, se da también en el “asalto navideño” que se lleva por sorpresa, utilizado para pedir una dádiva (dinero), en los centros comerciales, en las guaguas, en los semáforos, al compás de maracas, güiros y palitos, ya sea individualmente o en conjunto.

Por antonomasia, la trulla alude a un grupo de gente que sale en época de Navidad a pedir aguinaldo. “Las trullas de a pie se componen de jente pobre, que no por eso se divierte menos: maraca en mano y tiple y carracho debajo del brazo.” Manuel Alonso, 1849, p. 134. Dentro de ese contexto se ubica también el asalto (que no es un atraco): (Ant., Col. y Méx.).  “El acto de sorprender a los habitantes de una casa con música y canciones, con el fin de bailar o pedir aguinaldo”. La locución verbal dar un asalto se refiere a ‘Llegar por sorpresa a una casa una trulla de gentes en plan de fiesta”.

Asimismo, el asalto y la trulla comparten campo temático con la parranda, relativa a un grupo de gente que van de fiesta con guitarras y otros instrumentos. Si bien el Tesoro lexicográfico de Puerto Rico excluye el verbo parrandear; el uso de este se refleja en aguinaldos navideños: “Esta Navidad hay que parrandear, por si las que viene no las puedo gozar”; el Diccionario .de Americanismos (RAE, DAMER) recoge en su rueda de palabras relativas a la voz parranda: parandero/a, parrandeador/a, parrandear y parrandearse. Del modo similar, el diccionario académico (RAE, DLE) incluye el sustantivo parrandeo, relativo a parrandear (ir de parranda), cuyo gerundio es parrandeando, traducido al inglés como partying. Aunque parrandear alude a fiestar o fiestear, toda fiesta no es parranda, pero toda parranda es una fiesta.


Dentro del contexto relativo al baile y la música, figura el coloquialismo jolgorio (holgorio), que alude a fiesta, diversion bulliciosa; aunque toda parranda sea un jolgorio, no todo jolgorio es parranda:

 

El jolgorio está
El jolgorio está
Bien por la maceta
Vamos a gozar, jajá
Wepa, wepa, wepa
Vamos a gozar, jajá
Wepa, wepa, wepa.


De modo similar, se ubica en el campo léxico (temático) de la música y de la fiesta la voz bomba, acepción recogida en el diccionario académico (DLE, RAE) como: “Versos que se improvisan en algunas fiestas populares”. También se recoge en el Diccionario de americanismos (RAE, DAMER) como: 5. “Copla improvisada con que el bailador de zapateo suele galantear a la bailadora o ridiculizar a algún rival”. 7. “Copla o cuarteta, generalmente de tono jocoso, que se dice en ciertos bailes folclóricos o populares”. El Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico añade la siguiente acepción relativa a bomba: “Baile de origen africano que se acompaña del son del tambor, también llamado bomba”. Se incluye, entre las palabras relacionadas, el sustantivo bombero (quien toca y baila bomba) y el verbo bombear, relativo a cantar o recitar bombas:

 

Melchor era blanco,

se puso moreno

porque lo quemó

la estrella de Venus.

 

Nótese que, dentro del campo léxico navideño, se recogen las interjecciones y las locuciones interjectivas relativas a la temporada. Se destaca, además de ¡Wepa!; el ¡Fua!, recogido entre el cancionero navideño en la Parranda del Fua:

 

Yo tenía una luz que a mí me alumbraba
Yo tenía una luz que a mí me alumbraba
Y venía la brisa, ¡Fua! y me la apagaba
Y venía la brisa, ¡Fua! y me la apagaba.

 

Asimismo, se emplea ¡Ea! como interjección para denotar alguna resolución de voluntad, animar, estimular o   excitar. También figura la locución interjectiva ¡Asalto! Que alude a la acción de dar un asalto navideño.

 

Cabe destacar el uso de las onomatopeyas como manifestación del simbolismofónico, según el cual los sonidos del habla se asocian con diversas connotaciones entre los que figura el Jojojo característico del personaje de Santa Cló (Santa Claus).

 

Así, se despide esta bloguera, con un ¡Fua! para el 2024 y un ¡Wepa! para el 2025.

  


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