SI ME DAN PASTELES...



 

Pocas palabras cuentan con un repertorio tan amplio como pastel, cuyo significado abarca distintos contextos comunicativos: artٕístico (color, pintura), económico (reparto de beneficios), gastronómico (confección de postre, comida), social (convenio, trabajo en equipo). El diccionario académico (RAE, DLE) incluye diciséis acepciones para dicho vocablo.  Sin embargo, ninguna de ellas atañe al significado particular que tiene en Puerto Rico.

Es en el Diccionario de Americanismos, DAMER (RAE) en donde figura la palabra pastel, cuya marca diatópica la identifica como comida típica de la Navidad en Puerto Rico. Así se recoge en la tercera entrada: «PR. Plato hecho de masa de arroz y carne, o de plátano [guineo], yuca u otras viandas rellena de carne de cerdo picada en pequeños pedazos, aderezada con garbanzos, pasas y ciruelas, envuelta en hojas de plátano y hervida en agua de sal; es comida típica de Navidad». Asimismo el DAMER recoge pastelada: PR. Comida que solo consta de pasteles. Sin embargo, no figura el término pastelero/a, referido a quien confecciona o vende pasteles, tampoco apastelado (con forma de pastel).

En el Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico cuenta con ocho entradas para el lema pastel, referidas al plato criollo; aunque es en la tercera de ellas donde se menciona el guineo como ingrediente de la masa:

 

Importante plato criollo, también navideño [como el de Canarias], hecho a base de una masa de pulpa rallada de guineos verdes o de yuca, con relleno de carne de cerdo picada y condimentada, envuelta en hojas de plátano en determinados paquetes que se atan con tiras de hollejo de la misma planta, los cuales se ponen a hervir en agua con sal. El nombre completo de esta preparación era todavía en el XIX el de pasteles de hoja. (Álvarez Nazario).

 También figuran recogidos en el Tesoro lexicográfico los vocablos pastelada (comida a base de pasteles) y pastelero (persona que hace o vende pasteles). Asimismo, se recogen las frases Pastel ciego, Pastel de masa. En la cultura popular puertorriqueña se emplean las expresiones coloquiales “Estar más envuelto que un pastel”, “Estar como un pastel mal embollao”; referidas ambas a la envoltura de un pastel. Del mismo modo, los pasteles forman parte de los aguinaldos navideños:

  Si me dan pasteles, dénmelos calientes, que pasteles fríos empachan la gente. 

Ausentes de la escritura culinaria, su primera aparición data de 1930, según Bocados de Clío (Foodstorian, 2019):

 

No aparece en los libros y manuales de cocina que se publicaron antes de 1931, algo que resulta extraño cuando es referido en El aguinaldo puertorriqueño (1843), en la pieza cómica La triquina de Ramón Méndez Quiñones (1883), en El carnaval de las Antillas de Luis Bonafoux Quintero (¿1888?), y en la novela Luz y sombra de Ana Roqué (1903). Tan ausente está como la alcapurria, cuya primera aparición escrita es también de 1931, en el manual de economía doméstica Tropical Foods.

Su ausencia en la comunicación escrita gastronómica se le atribuye a su compleja elaboración (la confección de la masa, del relleno, de la envoltura), manteniendo su confección en la comunicación oral, como parte de la memoria culinaria colectiva: «Las operaciones que conlleva el pastel debieron convertirlo en un plato en el que el esfuerzo puesto en la elaboración debía corresponder al significado del acto y el contexto social festivo en que se iba a degustar» (blog Bocados de Clío).

El historiador de comida (food historian, en inglés) Cruz Miguel Ortiz Cuadra, blog PRoduce.com,  le atribuye un rol protagónico como plato que reúne los recursos agrícolas y ganaderos, y las técnicas culinarias que forman parte del acervo cultural de un pueblo:

 

De ahí que en su confección haya algún alimento de las tradiciones culinarias de los indígenas taínos (ají, yautía, calabaza, y achiotes); de los extremeños, andaluces y castellanos (alcaparras, garbanzos, pasas, aceitunas, almendras y cerdo); y de los africanos occidentales y los canarios (plátanos y guineos). Por eso, no nos equivocamos si le decimos a un extranjero que el pastel es una confección mestiza. Es como un «bricolage».

Así, de confección mestiza e intercultural, el pastel contribuye al trabajo en equipo y a la comunicación grupal que le da a la expresión un carácter “apastelado” (con forma de pastel) y un tono caribeño al español americano.

 

 


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