DEIXIS
Tanto el paratexto como el paralenguaje nos remiten a tipos de comunicación, tanto verbal (oral y escrita), como no verbal, en función del contexto. Entre los recursos utilizados, como formas de expresión, figuran los deíctos y los mecanismos empleados para expresar la cercanía o la lejanía, de modo verbal y no verbal.
La
deixis es la propiedad
que poseen ciertas expresiones gramaticales para señalar a una persona, un
lugar o un tiempo mediante expresiones gramaticales cuyo uso depende del contexto
de la enunciación, como la localización de los interlocutores en el espacio y
en el tiempo. Según Wikilengua del español,
el origen del término es el griego clásico: δεῖξις (‘exhibición,
demostración, o referencia’). La deixis locativa
designa el lugar en donde se ubica o se produce el mensaje. Los adverbios
demostrativos son deícticos locativos que muestran o ubican realidades
en relación con las personas del discurso. Se distribuyen
tradicionalmente en dos series:
1. Aquí, ahí, allí.
2. Acá, allá, acullá.
Mientras que aquí presupone una ubicación en un punto fijo “estoy aquí”, acá denota un retroceso o un regreso al punto de referencia “ven acá”. El grado de lejanía expresado en acullá (forma en desuso), cuyo significado es similar a allá o más allá (RAE, DLE) se usa en contraposición a adverbios demostrativos de cercanía, como aquí o acá, y también a los de lejanía, como allí o allá.
Por otra parte, la expresión De aquí para allá, de allá para acá (de aquí para allí o de acá para acullá) es una locución adverbial referente al desplazamiento, a ir de un lado a otro, como refleja la canción de Facundo Cabral:
No soy de aquí
Ni soy de allá
No tengo edad
Ni por venir
Y ser feliz, es mi color de identidad
Yo voy, amigo querido,
Con tamaña boca abierta,
Por esas calles de Dios
Andando de Ceca en Meca.
Según se documenta, la
expresión “de
la ceca a
la meca” o “de ceca en meca” hace referencia
a dos extremos: la Meca (ciudad santa del islam) y la Ceca, o Casa de la Moneda (edificio en el cual los
árabes acuñaban el dinero); para describir a quienes andan «de aquí para allá». El origen de ceca proviene
del árabe hispánico sẳkka, lugar donde se fabricaba y acuñaba la moneda.
También, referido a la
distancia geográfica, figura la expresión “del
tingo al tango y del tango al tingo”. Según se documenta, esta locución
adverbial quiere decir: ir de un lado para otro, de acá para allá, sin rumbo
fijo y sin utilidad ni provecho. Por lo común va acompañada de los verbos “estar”,
“andar” o “ir”: «estar del tingo al tango», «andar del tingo al tango», «ir del
tingo al tango». Su uso es frecuente en México, Venezuela o Puerto
Rico, entre otros países de Hispanoamérica, desde donde arribó a Canarias.
El origen probable de dicha locución remonta a la expresión más arcaica «del timbo al tambo», como se usa todavía hoy en México, Honduras, Nicaragua, Panamá, Venezuela o Colombia. El escritor Gabriel García Márquez recoge su uso al prologar sus Doce cuentos peregrinos (1992) en el que al referirse a su libro dice: «[…] después de tanto andar del timbo al tambo peleando para sobrevivir a las perversidades de la incertidumbre». La voz «tambo» procede del término quechua: «tampu», que es como en el antiguo Perú, durante el imperio incaico, se llamaban los albergues o refugios que existían a lo largo de las rutas importantes, normalmente situados a una jornada de camino el uno del otro. En su etimología, «estar del timbo al tambo» vendría a significar estar todo el día en el camino, de un tambo a otro sin parar. Es probable que de la locución originaria, por deformación en su uso, surgiera la más conocida: «del tingo al tango».
Los deícticos son elementos que conectan la lengua con la enunciación, son piezas especialmente relacionadas con el contexto en el sentido de que su significado concreto depende de la situación de enunciación: quién los usa, a quién se dirigen, cuándo y dónde; son, grosso modo, elementos lingüísticos que señalan, seleccionándolos, algunos elementos del entorno contextual.
Comentarios
Publicar un comentario