DESPACITO
Según el Diccionario esencial de la lengua española, el uso del diminutivo (vocablo dotado de un afijo) denota disminución de tamaño en el objeto designado: besito de coco, bocadillo, empanadilla, pastelillo, cucharadita. También, es utilizado en función de adverbio con significación intensiva: pasito a pasito, suave, suavecito, nos vamos pegando, poquito a poquito…
Los sufijos más indicados para
indicar la idea diminutiva son ito(a), ico(a), illo(a), uelo, ín. De acuerdo
con José Martínez de Sousa, dichos sufijos no se aplican indistintamente, sino
que cada sustantivo se presta con más
propiedad a una de estas formas: palo, palito palillo [palo, palo palo; palo palito palo eh]. Además, suelen mostrarse preferencias regionales, Wikibooks
señala al respecto: «En algunos países, particularmente Colombia, Cuba,
Venezuela y algunas regiones de España como Navarra y La Rioja, las
terminaciones tito/tita se cambian por tico/tica: zapato/zapatico
(lo prefieren a zapatito). Otros ejemplos: pato/patico, rato/ratico».
El
matiz afectivo y de menor magnitud hacen del uso del diminutivo
ideal para la expresión del mundo
infantil: la linda manita que tiene el bebé, una mariposita que
del cielo bajó, palomita blanca del piquito azul…
Tal
vez exista la valoración implícita
en el uso del diminutivo como algo pequeño, de inferior magnitud que posibilita
su uso peyorativo o menospreciativo
en términos como jefecito, maestrita, mujercita. En algunas
ocasiones se ha cuestionado su uso discriminante
en expresiones como blanquito y negrito.
Cabe destacar que el diminutivo se emplea en un contexto coloquial o familiar vinculado a la oralidad del mensaje. En la comunicación escrita su uso exige cautela, despacito...
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